aqui donde somos

Para que esta investigación parezca más un estómago y no un faro, necesitamos hacer. Necesitamos buscar nuevas formas placenteras de acceso al conocimiento, prácticas material-discursivas que nos permitan producir pensamiento y conocimiento. Como nos contaba Braidotti, necesitamos una teoría crítica materialista para “ser dignos de lo que nos ocurre ”, para ello creamos, como ejercicio. El capitalismo de nuestros días funciona, como estudiaron Deleuze y Guattari, de manera axiomática, es decir, sin tener que explicar o justificar lo que hace, actuando de forma esquizofrénica a través de desterritorializaciones y reterritorializaciones, descodificando y recodificando de nuevo, pero manteniendo siempre en funcionamiento una máquina jerárquica que controla, aprecia, deprecia, vende y compra la vida sin importarle si es o no humana. Es por eso que buscamos una política de la afirmación, afirmarnos a partir de nuestros límites, aceptando lo que es posible y realizable en los marcos contingentes donde pasamos nuestra vida

De ahí que Braidotti defienda una política de la afirmación que parta del presupuesto del desgobierno de nuestros mundos internos, es decir, de la comprensión y de la aceptación de la finitud de la voluntad humana. Es decir, Y aceptando, además, que no estamos solos, que nunca y de ninguna manera estamos solos, sino siempre insertos de manera inmanente en una red de flujos y relaciones que que escapan como pueden del control de nuestra conciencia y nos devuelven a una relación de interdependencia recíproca con todos los que nos rodean, sean estos humanos o no.

Y así queremos que funcione nuestra transformación, que vaya de la impotencia del aislamiento en una potencia de acción colectiva, haciendo una digestión que transforme los afectos tristes en pasiones alegres.

Me habita la ternura y la rabia. Ambas son mis maestras para navegar este mundo complejo. Mi rabia es implacable frente a lo que nos oprime. Mi ternura es hacia los lugares que son honestos en donde se apuesta por la vida. – comadre.ando

Queremos proponer un ejercicio lento, desde las manos, que necesita obligatoriamente al otro y que nos permite crear para situarnos en nuestra propia geografía. No pintamos solas. Y al crear, no creamos solas. plantear formas de hacer que no reproduzcan lógicas patriarcales, formas que no responden a una instrucción ideológica ni a una lectura académica, sino a una decisión existencial y a una lectura directa y vivencial” de las mujeres sobre sus cuerpos, la calle, el barrio y todos los espacios que habitan. Se trata de un proceso lento, casi terapéutico, que ha ido articulando a compañeras, que siempre habíamos hablado, y siempre habíamos cuestionado, pero nunca habíamos usado nuestras manos para cuestionar.